¿También te pasa que te piden hablar en inglés porque eres el que más se maneja pero te pone súper nervioso?
Tal vez hasta eres capaz de leerte libros en inglés, pero cuando toca hablar, te sientes en pañales aún. ¿Por qué pasa eso? Te lo explicamos.
Vamos a usar el deporte como analogía.
Imagina que cuando eras chico tu papá te llevaba a andar en bicicleta con él hasta 3 veces a la semana. Luego, en tu adolescencia, invitas a un amigo nuevo a andar en bici. Tú escoges la ruta y te impresionas de ver que tu amigo, tras haber recorrido sus primeros kilómetros, ya viene con la lengua afuera. Mientras que tú sientes que podrías hacer ese trayecto 50 veces más. ¿Eres sobrehumano? ¿Saliste de una película de Avengers? No. Simplemente has tenido más práctica que tu amigo y partiste en tu niñez. En particular, la musculatura que tienes más trabajada es la de tus piernas.
Para hablar inglés, también necesitamos “musculatura”. Necesitamos musculatura para:
En países como Chile, y muchos otros países también, la “musculatura” que más nos desarrollan en las escuelas es la de la lectura. Por lejos. Le siguen la de entender al escuchar y escribir. En último lugar queda el famoso “speaking”.
¿Por qué? Pues porque es difícil para un profe, dividirse en 30 para conversar con cada uno de los estudiantes que tiene en su sala. Es mucho más factible hacer ejercicios de comprensión lectora con 30 personas al mismo tiempo. Estos son algunos de los factores de porque se trabaja más el entender inglés que el producirlo.
Entonces, ¿Qué tenemos que hacer para mejor nuestro inglés hablado? Ir al gimnasio. Pero al gimnasio de la vida. Aborda tu “speaking” con la misma disciplina que abordarías un deporte.
Luego de hacer eso por unos meses, nos vamos “a la cancha”. ¿Cuál es nuestra cancha? Acá unas ideas:
Así que ya sabes, ¡A desarrollar esa musculatura y a la cancha!